Para la realización de este post tendremos en cuenta no sólo nuestra experiencia sino el recorrido de profesionales como Marina Müller, Adriana Jerez y María Lourdes Giménez Gigon, de Argentina, ya que en ese país han trabajado de forma concienzuda el tema de la orientación vocacional, apoyándonos en las Memorias del III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología del 25 de noviembre de 2011.
Cuando hablamos de salud y enfermedad desde nuestro imaginario pensamos en un total, pero en realidad no es así, aunque ambos conceptos son opuestos se presuponen mutuamente, en términos reales cuando hablamos de salud y enfermedad estamso frente a un continuum, que no están fijados en forma irreversibles, salvo en casos extremos.
Pero en busca de la tan anhelada salud y "normalidad" como grupos sociales o instituciones (familia, escuela, hospital) proponemos nuestras metas adaptativas y quizás marginamos a "quienes no se adaptan", ya que tal vez son vividos como extraños y, por lo tanto, peligrosos, inquietantes, "desestabilizadores" del statu quo. Esto es algo que se despliega a todos los niveles en la familia y en la escuela, la búsqueda del consenso social se consigue mediante recursos como: las relaciones personales, los procesos de interiorización, identificación e idealización, facilitados por nuestros componentes psicológicos internos, que aseguran el arraigo inconsciente de las personas a su entorno cultural y la reproducción de sus pautas normativas. En las escuelas y aun en el medio familiar, esto puede llevar a otra forma de violencia: tratar a los individuos como si fuesen objetos, propiedades o productos desconociendo su subjetividad, su deseo, sus posibilidades de autonomía (Müller).
Pero..., en cambio, lo que suele considerarse "buena educación" o "buena adaptación", "buen aprendizaje" o "curación" y en la Orientación Vocacional "buena elección, puede ser la resultante de una serie de conformismos e inhibiciones que reprimen a las personas suprimiendo sus deseos y la creatividad (Müller), por ello nos acogemos a una máxima que encontramos que dice así: "el cambio ocurre cuando uno se convierte en lo que es, no cuando trata de convertirse en lo que no es" (Beiser).
Cuando hablamos de Orientación Vocacional se entrecruzan la salud y la educación, y se articulan las dos; un abordaje preventivo implica intervenir en las situaciones antes de que surjan los problemas. Al llegar la adolescencia, los chicos están ante una puerta que se abre y por la que ingresan muchos estímulos, teniendo dificultades para discriminar, llegando a confundirse frente a sus intereses o perdieron dichos intereses en algún momento del trayecto; esta ausencia provoca vacío, impotencia e inseguridad. Es la etapa de las elecciones y decisiones; las presiones laborales y sociales son intensas, coincidiendo con un período en que la conflictiva personal es crucial.
"La posibilidad de enfrentar las situaciones es aprendiendo en cada momento respuestas nuevas, procesando estímulos, re-creando, es la vida misma y también es la salud". (Gigon y Jerez). Crear situaciones adecaudas para las personas implica salud, esto se asocia a bienestar, actividad y creación.
Como dice Marina Müller: "los orientadores siempre trabajamos en el campo del aprendizaje, individual y grupal, sano o alterado. Desde nuestro rol, promovemos aprendizajes más sanos, contribuimos a prevenir, a mejorar la calidad de vida en ámbitos educativos y ocupacionales" De ahí la importancia del trabajo, puesto que puede generar un gran impacto en los futuros hombres y mujeres que nos representarán en nuestra sociedad.
"Elegir" está unido a optar; quien opta por un proyecto educativo, laboral, recreativo acorde con la etapa evolutiva en la cual se encuentra logra mayor seguridad e independencia, y logra poner mayor distancia de posibles caídas en dependencias, depresiones o marginaciones psicosociales.
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